La vitivinicultura de estas tierras la podemos situar alrededor del año 121 a.C. en el que Quinto Cecilio Metelo conquista la isla de Mallorca. En el siglo I a.C., Plinio habla de los vinos baleáricos comparándolos con los mejores de Italia.
Durante la dominación árabe y a pesar de las prohibiciones coránicas, no desapareció el cultivo de la vid puesto que Beni Abet ofreció uvas de excelente calidad a D. Jaime I cuando conquistó la isla en 1230.
Tras la conquista, las cortes de Aragón primero y de Castilla después, favorecieron una relativa expansión del cultivo de la vid, mediante un régimen de licencias de plantación.
En 1862 hace su aparición la plaga de la filoxera en Francia, que tiene que acudir a la importación masiva de vinos (España e Italia) para poder hacer frente a su demanda interna. La viña se extiende rápidamente en la isla produciéndose entre 1865 y 1890, el periodo de máximo esplendor del cultivo de la vid y la producción de vino en Mallorca, en cuanto a cantidad se refiere, alcanzando también a la isla de Menorca.
La filoxera, que llega a la isla en 1891, deja fulminadas las viñas mallorquinas desapareciendo la principal fuente de riqueza de la isla. La crisis vinícola fue una de las causas que más incidió en la emigración (1891-1895), especialmente en los municipios donde el cultivo era mayoritario.
Durante la primera mitad del siglo XX, la extensión de viñedo oscila entre 5.000 y 8.500 Ha. Tras la guerra civil española se produce un lento retroceso en el cultivo de la vid, debido a la necesidad de obtención de otros productos agrícolas.
A pesar de ello, las dos últimas décadas del siglo XX suponen para el panorama vitivinícola isleño uno de sus mejores momentos no en cuanto a cantidad, pero sí en lo que se refiere a una importantísima mejora de la calidad.
Localización
En la zona central de la isla de Mallorca.
Municipios que la componen
Comprende los términos municipales de Sencelles, Santa Maria del Camí, Binissalem, Santa Eugènia y Consell.
Nº de Viticultores y Bodegas
13 Bodegas.
Vinos de la D.O.
Suelos
Sedimentos continentales cuaternarios de naturaleza calcárea y marcada per la presencia de elementos gruesos.
Clima
Mediterráneo suave, con veranos secos y calurosos con temperaturas máximas entre 29 y 32 ºC e inviernos suaves con temperaturas mínimas entre 4 y 7 grados, con ausencia casi total de heladas primaverales.
La precipitación media anual es de, aproximadamente, 550 mm y su distribución es irregular, concentrándose la mayoría de la lluvia en los meses de otoño.
Variedades de uva
Tintas autorizadas: Manto Negro, Callet, Merlot, Syrah, Cabernet Sauvignon, Tempranillo, Monastrell y Gorgollassa.
La variedad autóctona "manto negro" es la base de los vinos tintos de la comarca, debiendo participar en la elaboración de los mismos al menos en un 30%.
Blancas autorizadas: Moll o Prensal Blanc, Moscatel de Alejandría, Moscatel de grano menudo, Macabeo, Chardonnay, Parellada y Giró Ros.
En cuanto a las variedades blancas, la principal es la autóctona "Moll" o "Prensal blanc", base de los vinos blancos y espumosos, y debe participar en la elaboración de estos vinos en una proporción mínima del 50%.
La variedad "moscatel" es la base de los vinos tipo "muscat", que pueden ser secos o dulces.
Tipos de Vino
Los vinos TINTOS se caracterizan por una intensidad de color media a media-alta con aromas de frutas rojas maduras con fondos vegetales. En boca son cálidos, carnosos, con buena estructura, equilibrados y de final persistente.
Los vinos ROSADOS se caracterizan por ser brillantes y limpios. Son vinos con aromas primarios de frutas rojas. En boca son vinos equilibrados y persistentes.
Los vinos BLANCOS de aspecto limpio y brillante se caracterizan por la presencia de aromas frutales, generalmente frutas blancas como pera y manzana y notas cítricas. Los vinos elaborados con las variedades Moscatel son muy aromáticos y se caracterizan por los aromas propios de la variedad. En general, los vinos blancos son frescos e intensos con buen equilibrio gustativo.
Los vinos ESPUMOSOS BLANCOS son brillantes y limpios y se caracterizan por aromas frutales y vegetales. Son vinos frescos, vivos, intensos, de gran finura y persistencia.
Los vinos ESPUMOSOS ROSADOS son brillantes y limpios, con aromas de frutas rojas, frescos, de gran finura y persistencia.
Los vinos que se sometan a procesos de crianza en barricas tendrán aromas propios de la crianza con matices de la madera y aromas especiados.
Fuente de la información
Fuente y fotografía: Consejo Regulador Binissalem (Datos 2017)